Decía José Ortega y Gasset en su gran libro "La rebelión de las masas" que "un necio es mucho más funesto que un malvado, porque el malvado descansa algunas veces; el necio jamás."
Quizás sea esa la razón por la cual esperamos en vano algún cambio por parte de Rodríguez Zapatero que nos haga ver con un poco de optimismo la salida de la crisis. El sigue repitiendo que defiende el derecho de los trabajadores (la típica perorata socialista), pero lo cierto es que durante su "fabulosa" gestión el paro sigue subiendo, con previsiones que lo sitúan en el 20% para fin de año.
Mientras el empresariado de forma sensata pide una flexibilización laboral como por ejemplo mas facilidades para despedir a la gente, desde el progresismo responden que eso no ayudaría a mejorar el empleo. Yo les preguntaría a los señores repartidores de lo ajeno ¿en qué ayuda a mejorar el empleo el actual sistema, si cada día hay más desempleados?
Si un empresario tiene la posibilidad de contratar a una persona sin estar obligado a "casarse" con ella, seguro que se animaría a emplear a gente para cubrir puestos de trabajo vacantes ante mejores perspectivas.
Pero en la España socialista se Zapatero esto no va a ocurrir, porque la necedad es el signo que marca a un gobierno que no sabrá que hacer cuando se empiecen a acabar los planes keynesianos de incentivo de la demanda que puso en marcha con el dinero de todos los españoles.
Esperar un cambio hacia la realidad es una "entelequia".
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Leo esta entrada días después de publicada. Desde que se escribió, han empezado a circular rumores de subida de impuestos, tras la sangría provocada por la nueva financiación económica y la burla de los 420 euros. Quizás por eso esta mañana venía camino del trabajo pensando: "Zapatero, vete ya". La misma exclamación que ayer escuché de labios de un desconocido en una plaza del populoso barrio de Vallecas
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